La falta de selección de las cerdas de reemplazo para el mayor potencial reproductivo y el manejo inadecuado de la condición corporal en las primíparas son factores de riesgo clave para la baja productividad de por vida de las cerdas.
Limitar el tiempo desde el inicio de la estimulación (efecto verraco) de las cerdas de reemplazo hasta presentar el primer celo registrado (30 días a partir de los 170 días de edad) permite a los productores identificar las primerizas maduras más tempranas y, por lo tanto, aprovechar el vínculo entre la madurez sexual temprana y la mayor vida productiva de las cerdas (Patterson et al., 2010).
En segundo lugar, dados los sistemas de alimentación ad libitum típicos de la industria porcina, una edad límite relativamente agresiva en la que se completa la selección de reemplazos (200 a 210 d) reduce el riesgo de sobrepeso (> 170 kg) en las cerdas (Calderón Díaz et al. al., 2015) y de sacrificio temprano debido a problemas de locomoción (Williams et al., 2005; Bortolozzo et al., 2009).
No obstante, debido a que no se siguen protocolos estandarizados en el manejo de los reemplazos den los sistemas de producción porcina, es muy común el uso de hormonas exógenas con la finalidad de inducir la pubertad en las cerdas, sincronizar los celos y minimizar la eliminación de las cerdas de reemplazo, aspectos que no han sido evaluados.
Objetivo validar el uso del tratamiento con gonadotropina exógena (PG600) para estimular el celo en las cerdas no cíclicas y comparar la productividad de por vida de las cerdas registradas con presentación de celo natural versus inducido por PG600 en un entorno comercial .
Por Maribel Tomás
Ver másPor Sonia Galán Arnaldos
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